Estomago

Las criaturitas microscópicas que viven en nuestro intestino tienen un propósito. Cerca de mil billones de estas células pueblan nuestro cuerpo, en particular el tracto digestivo y sus anexos.

De hecho, el 90% del material genético en nuestro cuerpo no es nuestro, sino de las bacterias, hongos, virus y otros microrganismos de la microflora.

Y es cierto que algunos de ellos pueden enfermarnos; pero la mayoría trabajan en asociación para auxiliar nuestro sistema digestivo y bienestar. Las bacterias benéficas conocidas como probióticos, son tan cruciales para la salud que los investigadores Los comparan con “un órgano recién descubierto”.

Por ejemplo, sabemos que esa microflora influye sobre:

  • La expresión genética
  • El sistema inmunológico
  • El desarrollo cerebral, la salud mental y la memoria
  • El peso corporal y
  • Los riesgos de numerosas enfermedades crónicas y agudas, desde diabetes hasta cáncer.

De acuerdo a un artículo publicado en la Revista Time (1):

“Las iniciativas como el proyecto microbioma humano (2), una extensión del proyecto genoma humano, han estado trabajando para investigar las relaciones entre la microbiota y la salud humanas, que cuando se altera ha sido relacionada con muchas condiciones nefastas, incluyendo artritis, obesidad y colesterol elevado. Dos nuevas áreas de investigación son la posible relación con dos condiciones en apariencia muy diferentes: autismo y síndrome de colon irritable.”

De acuerdo a un artículo de la revista Time(3):

Cerca del 85% de niños autistas sufren también algún desorden gastro-intestinal (desde estreñimiento crónico hasta enfermedades inflamatorias). Investigaciones publicadas en 2005 en la revista médica Journal of Medical Microbiology y en 2004 en Applied Environmental Microbiology (4) se reportó que las heces de niños autistas contenían mayores niveles de clostridium.

En 2011, un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, encontró que ratones sin flora intestinal mostraban movimientos anormales y síntomas de ansiedad propios del autismo, sugiriendo que el microbioma intestinal es esencial para un desarrollo normal.

 

La leche materna impulsa el crecimiento de la flora benéfica

La lactancia materna es crucial para normalizar la microflora infantil y con ello proteger contra enfermedades y problemas del desarrollo. Un nuevo estudio explica por qué la leche materna es superior a las fórmulas para proteger a los infantes de enfermedades infecciosas.(9)

El autor William Parker, PhD, Duke University, explicó que la leche materna promueve una colonización saludable de biopelículas. Investigaciones previas había establecido que la leche materna reduce: diarreas, influenzas, e infecciones respiratorias de los bebés, además de reducir el riesgo de desarrollar alergias, diabetes tipo i, esclerosis múltiple y otras enfermedades.

De acuerdo a la Duke University:(10)

Solamente la leche materna es capaz de promover una colonización saludable de esas bio-películas.

Esto es en verdad importante, ya que estas bio-películas, que son muy delgadas, son “sábanas pegajosas” que se adhieren a las paredes intestinales y sirven además como una barrera que bloquea agentes patógenos e infecciosos.

De acuerdo a la Duke University:

“Hoy sabemos que los bebés amamantados se desarrollan mejor de muchas maneras y que la madre que amamanta obtiene grandes beneficios, como un menor riesgo de cáncer”.

 

Como mejorar la flora intestinal

Una dieta saludable debiera incluir Fuentes de microflora:

• Vegetales Fermentados (col, zanahorias, hojas verdes, jengibre, ajo)
• Lassi (bebida India)
• Lácteos fermentados (Kéfir, Búlgaros, Yogurt, pero no comerciales ni pasteurizados)
• Kim chee

Por ejemplo, la mayoría de los yogurts con “probióticos” que venden en los supermercados NO son recomendables. Dado a que están pasteurizados, se relacionan con todos los problemas de los productos lácteos pasteurizados. También contiene azúcares añadidos, jarabe de maíz de alta fructosa, colorantes y/o endulzantes artificiales, almidones, etc., todos dañinos para la salud.

 

Los alimentos fermentados:

  • Aportan nutrientes importantes: Algunos alimentos fermentados son excelentes fuentes de nutrientes esenciales como la vitamina K2, que es importante para prevenir la acumulación de placa arterial y las enfermedades cardíacas. También es una excelente fuente de muchas vitaminas B.
  • Optimizan el sistema inmunológico: Los probióticos han demostrado modular las respuestas inmunológicas a través del sistema inmunológico de la mucosa intestinal y tienen un potencial antiinflamatorio.
    El 80 % del sistema inmunológico se localiza en el sistema digestivo, así que para una salud óptima, reforzar el intestino es sumamente importante, ya que un buen sistema inmunológico es la defensa principal contra todas las enfermedades.
  • Desintoxican: son algunos de los mejores quelantes disponibles. Las bacterias beneficiosas contenidas en estos alimentos son desintoxicantes muy potentes, capaces de eliminar una gran variedad de toxinas y metales pesados.
  • Son accesibles: Los alimentos fermentados pueden contener hasta 100 veces más probióticos que un suplemento, así que sólo necesita añadir una pequeña cantidad de alimentos fermentados en cada comida, lo que le ayudará a ahorrar más dinero.
  • Aportan variedad natural de microflora: Siempre y cuando varíe los alimentos fermentados y cultivados que coma, obtendrá una gran variedad de bacterias beneficiosas, algo que jamás podrá obtener de un suplemento.
  • Yahoo! News July 13, 2012
    Los Angeles Times July 13, 2012
  • Nature July 13, 2012
    Human Microbiome Project May 14, 2012
  • 1 Nature July 13, 2012
  • 2 BBC News, Elderly ‘should take probiotics’, August 7, 2006, (Accessed April 8, 2008)
  • 3 Whfoods.com, Friendly bacteria in yogurt boosts immune function in the elderly, (Accessed April 1, 2008)
  • 4 American Journal of Clinical Nutrition 2001 Dec;74(6):833-9
  • 5 Arizona State University July 19, 2012
  • 6 National Institutes of Health
  • 7 The Hindu July 19, 2012
  • 8 Neurogastroenterology and Motility, March 2011: 23(3); 255-e119, K. M. Neufeld, et al.
  • 9 PLoS One, February 5, 2010: 5(2); e9085, N. Larsen, et al.
  • 10 World Gastroentorology Organisation Practice Guideline, Probiotics and Prebiotics, May 2008 (PDF)