Vivimos en la era de la híper higiene y la desinfección galopante, especialmente en lo referente a los niños. Usamos jabones antibacterianos y evitamos que nuestros hijos se expongan a las bacterias necesarias para construir y fortalecer su sistema inmunológico.

De acuerdo con esta hipótesis de higiene, “el sistema inmune humano desarrolló evolutivamente dos tipos de defensas biológicas. Cuando uno de los sistemas carece de entrenamiento, el otro sistema se vuelve demasiado fuerte e híper reactivo a sustancias inofensivas como el polen (1).”

Así es que resulta igual de importante darles a los hijos una dieta saludable como exponerlos a la tierra para una buena salud. Mantener a los niños demasiado limpios puede contribuir a disfunciones autoinmunes como son alergias y asma. Los niños ya no están interactuando con patógenos desde temprana edad, los cuales entrenan y fortalecen al sistema inmune, y entonces terminan teniendo problemas más adelante en la vida (2).

Hay demasiados factores que afectan nuestro sistema inmune, y en especial nuestro microbioma intestinal. El estrés, los antibióticos, los alimentos procesados, los petroquímicos y pesticidas, los productos de aseo anti- bacterianos, y los azúcares refinados, destruyen nuestro microbioma.

Un estudio en niños criados en granjas de Menonitas, encontró que tenían menor incidencia de alergias comparados con niños urbanos equivalentemente sanos, y con la única diferencia de haber sido criados, unos en granja en contacto con la tierra, y otros en ciudad (3).

El abuso de jabones antibacterianos, especialmente aquellos con Triclosan, ha demostrado aumentar las bacterias resistentes a los antibióticos (4). Ello significa que han forzado a las bacterias a evolucionar para sobrevivir, y se han convertido en un peligro porque no responden a los antibióticos. Predominan ya en los hospitales y crean serios problemas de salud, algunos de ellos fatales. Con esta evolución bacteriana forzada, y sin estar expuestos a microorganismos que pueden proteger nuestro sistema inmune, se generan riesgos serios para la salud.

Se ha demostrado que los microrganismos y bacterias de los suelos son muy benéficos para mejorar nuestra sintomatología (5). Parece que las bacterias de los suelos son cepas más fuertes y sobreviven al tracto digestivo para llegar hasta donde necesitan a mejorar la salud intestinal.

Las bacterias del suelo no solo protegen nuestro sistema inmune, sino que también ayudan a equilibrar nuestros estados de ánimo. A un grupo de pacientes con cáncer de pulmón se les inyectó con bacterias del suelo, y, aunque su mal no mejoró, si fueron notables las mejorías en sus síntomas físicos y sensación mental de bienestar (6).

Ahora bien, ¿cómo agregamos más tierra a nuestra dieta sin terminar comiendo tierra? Aunque comer un poco tampoco nos hace daño, aquí van algunos consejos:

  • Cada tanto permitir que los niños jueguen en la tierra, y que solo se laven las manos y la cara con agua, no con jabón, antes de comer. Esto puede parecer una locura, pero así obtendrán bacterias benéficas desde sus manos.
  • Caminar descalzos en la tierra y el pasto. Es sorprendente lo aterrizado que uno se siente y como mejora el estado anímico.
  • ¡Jardinear! Esta actividad es benéfica y muy terapéutica, y permite llenarse las manos de tierra. Además, si sembramos verduras en nuestro huerto, estas también llevarán consigo esas bacterias benéficas. Exponernos a las cepas nativas ayuda a fortalecer el sistema inmune contra los alérgenos nativos, como el polen. Hay que hacer que los niños ayuden con el huerto y el jardín. No solo cosecharán los beneficios de enmugrarse sino que además se sentirán orgullosos de comer algo que han cultivado. Si de plano no puede tener un huerto o maceteros, al menos compre a los agricultores locales.
  • Compre calidad orgánica tanto como pueda, y no desinfecte sus verduras con sustancias químicas. Solo enjuague bien con agua. (Esto no puede hacerse con vegetales comerciales). Las bacterias en las plantas las protegen de las enfermedades igual que lo harán con nosotros.
  • Las mascotas meten todo tipo de objetos foráneos a las casas. Los hogares con perros y gatos tienen 56 cepas más de bacterias que los hogares sin mascotas. La probabilidad de alergias y asma para niños con mascotas es menor que la de niños sin mascotas (7).

Ahora resulta que lo habíamos estado entendiendo y haciendo mal en cuanto a cuan limpios necesitan estar los niños. Hemos exagerado con la obsesión de desinfectarlo todo y ahora

Necesitamos volver a la tierra, que es donde todo comienza.

  1. http://www.pbs.org/wgbh/evolution/library/10/4/l_104_07.html
  2. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2647631/
  3. http://www.jacionline.org/article/S0091-6749%2812%2900519-2/fulltext
  4. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16922622
  5. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16117982
  6. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15151947
  7. https://healthbeat.spectrumhealth.org/studies-dogs-may-help-childrens-immune-systems-allergies-immunity-asthma-lungs-bacteria/