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Desde la antigüedad se conocen las propiedades medicinales del vinagre de manzana y se utiliza en el tratamiento y prevención de muchas enfermedades.
En esta época ocupa un lugar importante en el botiquín naturista en todo el mundo; en México gran parte de la población sufre pobreza y el vinagre de manzana puede ser un gran remedio para aquellos que no cuentan con una adecuada atención sanitaria.
En el vinagre de manzana destaca la presencia de ácido acético, ácido málico, minerales (calcio, fósforo, sodio, hierro, cobre y mucho potasio), y vitaminas (B-2, B-3 y el beta-caroteno).
Su riqueza en potasio ayuda a reponer su deficiencia en la alimentación moderna (que puede retardar el crecimiento y provocar estreñimiento, insomnio o irritabilidad nerviosa).
Entre sus propiedades estan: Depura los intestinos y evita gases, mejora la digestión lenta, modera el apetito, su ácido málico moviliza y elimina grasas inútiles, acelera la combustión de grasas, estimula la diuresis sin perder potasio – es remineralizante – por su betacaroteno protege piel y mucosas – alivia inflamaciones y quemaduras superficiales en la piel. También es coadyuvante en tratamiento de angina de pecho, artritis, asma, fiebre del heno, hipertensión, enfermedades respiratorias, hipo y calambres – provoca saciedad – arrastra colesterol, lípidos y sales biliares que se forman en base a colesterol.
Contra los males del siglo
Tres en uno: glucosa, insulina y saciedad.
Su consumo en una comida contribuye a que sea más lento el paso de los alimentos digeridos desde el estómago al intestino y a que disminuya la respuesta en sangre de la glucosa y la insulina, aumentando la sensación de saciedad de acuerdo a estudios en la European Journal of Clinical
Nutrition donde se vio que cuanto mayor fue la dosis de vinagre (2-3 cucharadas) más significativa fue la disminución de la glucosa y la insulina, y mayor fue la medida de la saciedad.
Estos resultados indican un potencial de alimentos conservados en vinagre de manzana como posible ayuda en dietas anti-obesidad.
Como dosis general y a modo orientativo, podemos recomendar 1-2 cucharaditas por vaso de agua, con 1 cucharadita de miel virgen y beberla 2-3 veces al día en ayunas o antes de alimentos.
También puede prepararse como bebida diaria con 1 cucharada de vinagre de manzana y otro tanto de miel virgen por litro de agua, y servirlo en reemplazo de bebidas envasadas o industrializadas.