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La importancia del sueño

La mayoría de adultos necesitamos 7-8 horas de sueño diarias para una vigilia óptima, pero se estima que más de la mitad de la población presenta problemas de sueño, que se agravan al envejecer.

Cuando el sueño es miserable, todo lo demás también.

No hay que tomar a la ligera los problemas del sueño porque si no dormimos bien, permanecemos cansados, y ello nos pone irritables, deprimidos, se alteran nuestras hormonas, ganamos peso y tenemos dificultad para perderlo, no podemos concentrarnos, se descompone la digestión, nos sale acné, enfermamos con mayor frecuencia, cometemos más errores, rendimos menos, y tenemos más accidentes. Y ni qué decir que nuestras relaciones ínter personales salen afectadas también.

Y por si lo anterior fuera poco, dormir mal aumenta el riesgo de diabetes, infartos, hipertensión, cáncer y sobrepeso.

Prioriza tu relación con el sueño.

Dormir bien es un hábito de un estilo de vida saludable. Y tiene que ser una prioridad, no solo al acostarse, sino durante el día. Dormir mejor nos hace más felices, saludables y relajados.

Los siete pasos hacia un buen sueño (Las 7 Z’s)

  1. Apaga las luces y crea el ambiente adecuado.
    • Haz de la recámara un santuario, un lugar de paz y descanso.
    • Usa tu cama solo para dormir (o hacer el amor).
    • Mantén la temperatura cómoda, un poco fresca.
    • Convierte la recámara en una zona libre de electrónica: no TV, computadoras, ni otros aparatos electrónicos, nunca. Si vives en un espacio reducido, usa biombos o separadores para delimitar el dormitorio.
    • Reduce el ruido ambiental y las luces.
    • Pinta y decora el dormitorio con colores pastel, neutros.
    • Usa un colchón cómodo, almohadas adecuadas y buenas sábanas y cobijas.
  2. Anticípate.
    • El buen dormir empieza mucho antes de poner la cabeza en la almohada. Los hábitos diurnos tienen un mayor impacto en la capacidad para irse a dormir en la noche. Hay que iniciar anticipadamente los preparativos:
      • Evitando bebidas cafeinadas después del mediodía (incluye exceso de chocolate o té negro, etc.).
      • Evitando consumir alcohol antes de irse a dormir.
      • Evitando fumar y consumir nicotina especialmente en la tarde-noche.
      • Evitando largas siestas diurnas.
      • Ejercitándote regularmente al menos por 30 minutos diarios, pero al menos cuatro horas antes de irte a acostar.
      • Cenando 3 horas antes de acostarte y evitando alimentos que generen reflujo.
  3. Desenchúfate.
    • Muchos vivimos cansados pero enchufados: a la computadora, redes sociales, celulares y audífonos, y esto nos expone a ondas electromagnéticas que interfieren con el sueño.
    • Esto de “cansados y enchufados” estresa a nuestras suprarrenales que entonces bombean hormonas del estrés produciendo problemas de insomnio.
    • Si has de mejorar tu calidad de sueño, debes desenchufarte y relajarte al menos 2 horas antes de retirarte a dormir. Es el mejor momento para meditar, la musicoterapia, el yoga, la aromaterapia, y la oración.
  4. Agarra el ritmo.
    • Los humanos evolucionamos con ciclos naturales llamados circadianos, que controlan las hormonas. Por ejemplo, la melatonina, que regula nuestro ciclo “duerme-despierta”. El levantarse a la misma hora cada mañana, seguido de una breve rutina de ejercicio, es de gran beneficio. Se recomienda una total oscuridad para quienes tienen problemas severos.
  5. No preocuparse antes de acostarse.
    • Un buen ejercicio es anotar en una libreta todas las preocupaciones y pendientes una hora antes de acostarse, incluyendo el programa del día siguiente. Esto permite vaciar la cabeza. Pero hay que vaciar también las emociones negativas y no acostarse enojado, etc. En tal caso, después de anotar en la libreta, leer algo inspirador y tranquilizante.
  6. Ponte en remojo.
    • Un duchazo caliente con aromaterapia relaja la mente y los músculos. Si se tiene tina, agregar sales Epsom y aceites esenciales como de lavanda.
  7. Yerbas y suplementos.
    • Todos ellos tienen la ventaja de no ser adictivos ni riesgosos.
      • Flor de lavanda: En infusión. Ideal para los ansiosos.
      • Flor de manzanilla: Puede beberse la infusión desde la media tarde.
      • Pasiflora: Está clínicamente probado que mejora la calidad del sueño, tanto en infusión como en tintura o cápsulas.
      • Lúpulo: La yerba que le da el sabor amargo a la cerveza, es un relajante neuromuscular. Evitar si se sufre depresión o se tiene un problema estrogénico severo.
      • Ashwagandha: Un adaptógeno de la medicina Ayurvédica, especial para los que están “cansados pero enchufados”, y que además de mejorar el sueño, ayuda a restaurar a las suprarrenales de la fatiga tomada durante 3-6 meses.
      • Melatonina: Más recomendable para adultos mayores, mujeres en el climaterio o la menopausia, quienes laboran en horarios nocturnos o quebrados. La dosis va desde 3 hasta 10mg y es más efectiva tomada con vitamina B-6. No usar durante embarazo o lactancia.
      • L-triptófano: El aminoácido L-triptófano que se convierte en serotonina en el cerebro, que ayuda a iniciar un estado de calma y sueño profundo, y reduce los episodios de despertar durante la noche. No usar durante embarazo o lactancia.
      • Calcio y magnesio: El solo magnesio o ambos en combinación de 2:1 promueven la relajación neuromuscular y previenen el síndrome de calambres y piernas inquietas. Es recomendable durante el embarazo.
    • Y finalmente existen diversas fórmulas confiables en el mercado:
      • PASI-NORDIN, SOMNI-CAPS, MEH-ME, CREBRALEF, GOTAS de MORFEO, 7 AZAHARES, 12 FLORES, SLEEPYTIME, y otras.

Referencias:

 

No dormir bien hace más daño de lo que pensábamos 

El mexicano actual duerme un promedio de 6 horas cada noche, y se sabe hace tiempo que las horas de sueño declinan con la edad. 

Vivimos una cultura que cree que dormir es un lujo, algo que se sacrifica si hace falta, que para eso es la cafeína y bebidas que dan alas. Pero al reducirse el promedio de sueño hemos obtenido mayores tasas de obesidad y diabetes. 

Según estudios del Centro de Sueño del hospital John Radcliffey la Universidad de Surrey, Inglaterra, una de las cosas que hace el cerebro es pasar recuerdos del archivo temporal al archivo de largo plazo, para que tengamos más espacio para recuerdos de corto plazo al día siguiente. Si no se duerme adecuadamente, estos recuerdos se pierden. 

Siempre pensamos: “Dormiré menos entre semana pero me recuperaré el fin de semana”. Pero 

¡Lástimaaa Margaritooo! Porque no funciona así ya que los recuerdos deben ser consolidados en 24 horas. 

Así que es importante que si está estudiando o tendrá un examen, asegurarse de dormir razonablemente. Quienes no lo hacen tienen resultados inferiores al 40% en comparación con los que duermen bien. 

El sueño profundo sólo dura unas horas. Esta es la fase en que no te puedes ni mover. Pero los músculos de los ojos si lo hacen; de ahí que se le llame sueño MOR (de Movimientos Oculares Rápidos). 

Durante el sueño MOR suceden cosas extraordinarias: Un químico relacionado con el estrés (la noradrenalida) se apaga. Es el único momento en que esto pasa en el día o en la noche. Nos permite permanecer calmados mientras el cerebro reprocesa las experiencias y nos ayuda a manejar eventos emocionales difíciles. 

Obtenemos más sueño MOR en la última mitad de la noche. Lo que significa que si a uno lo despiertan inesperadamente, puede que el cerebro no haya manejado todas las emociones, y nos

deje una estela de estrés y ansiedad. Tomar alcohol en la noche reduce el sueño MOR mientras el cuerpo lo procesa. 

Cientos de genes afectados 

Pequeños cambios en el patrón de sueño pueden producir una enorme diferencia. 

Las pruebas de computadora revelaron que la mayoría encontraron difíciles las tareas que requerían agilidad mental si habían dormido menos, pero los resultados más interesantes salieron de los exámenes de sangre. 

Se encontraron unos 500 genes afectados. Algunos iban hacia arriba y otros hacia abajo. Lo que descubrieron fue que se dormía una hora menos, los genes asociados con procesos como: 

inflamación, respuesta inmune y respuesta al estrés se volvían menos activos. También se notó un incremento en la actividad de los genes asociados con la diabetes y el riesgo de cáncer. Lo contrario ocurría cuando se añadía una hora de sueño. 

Así que el mensaje contundente de este experimento es que si usted duerme menos de 6-7 horas, con agregar una hora más puede prevenir problemas degenerativos y estrés, mejorando su salud. 

El gran misterio del sueño

El sueño es uno de los misterios más grandes de la vida. Y sabemos que dormir bien es una piedra angular de la salud. De 6 a 8 horas diarias parecen ser las óptimas para los adultos; y dormir mucho o muy poco puede afectar la salud.

Actualmente la privación del sueño es una enfermedad crónica que muchos padecen sin saberlo. Y la ciencia ha establecido que el déficit de sueño puede tener efectos de gran alcance en la salud.

Por ejemplo, interrumpir o alterar el sueño puede:

Debilitar el sistema inmunológico; acelerar el crecimiento de tumores, que crecen 2-3 veces más rápido con trastornos de sueño severos; causar estados prediabéticos, haciéndolo sentir hambriento incluso acabando de comer, lo que causa estragos en el peso; afectar la memoria: incluso una sola noche sin dormir bien -dormir tan sólo 4-6 horas- puede reducir la capacidad de pensar con claridad al día siguiente.

También afectar el desempeño físico y mental y disminuir la capacidad para resolver problemas.

Cuando el ritmo cardiaco es interrumpido, el cuerpo produce menos melatonina y tiene menor capacidad para combatir el cáncer, debido a que la melatonina suprime los radicales carcinogénicos. Por esto es que los tumores crecen más rápido cuando no se duerme bien.

Alterar el sueño también aumenta los trastornos relacionados con el estrés, incluyendo: Enfermedades cardíacas; úlceras estomacales; estreñimiento; trastornos del estado de ánimo como la depresión.

No dormir envejece prematuramente al alterar la producción de la hormona del crecimiento, que es liberada por la glándula pituitaria durante el sueño profundo. Esta hormona lo ayuda a verse y sentirse más joven.

Las personas con insomnio crónico tienen un riesgo tres veces mayor de morir por cualquier causa.

El sueño perdido se pierde para siempre y la constante falta de sueño tiene un efecto acumulativo cuando se trata se dañar la salud. No dormir bien puede hacer la vida miserable.

Ya sea que le cueste trabajo dormir, que se despierte muchas veces durante la noche o cuando al levantarse se sienta cansado -o sólo porque desea mejorar la calidad de sueño- aquí están estos consejos.

-Reducir o evitar el uso de medicamentos tanto como sea posible; evitar la cafeína; evitar el alcohol porque afecta las etapas de sueño profundo; hacer ejercicio regularmente al menos 30 minutos al día. Hacer ejercicio en las mañanas es lo mejor.

Pierda exceso de peso. El sobrepeso aumenta el riesgo de apnea; evite los alimentos alergénicos. El azúcar, gluten y lácteos; tonificar las glándulas suprarrenales y si está en la menopausia utilice remedios naturales.

Referencias:

Barbara E. Jones ,”The mysteries of sleep and waking unveiled by Michel Jouvet”. National Library of Medicine. 6 de junio, 2018. https://bit.ly/3tBHdiA

Ginny Smith, “The mysteries of sleep: everything we don´t know about why we snooze”. Science Focus. 4 de Noviembre, 2019.https://bit.ly/3txq7Te

“The Mystery of Sleep”. Penn Medicine. https://bit.ly/3OajgIE