Algas marinas, alimento a la medida del mexicano 

Las algas, al igual que los mexicanos, trabajan duro para sobrevivir en un medio siempre cambiante. Y lo logran produciendo compuestos y nutrientes que les permiten mayor adaptación, flexibilidad y tolerancia al estrés, y al comerlas, nos transmiten esas mismas capacidades. 

Por su riqueza nutricional y su simplicidad, las algas son el alimento más básico y completo obtenible en el planeta, y ha sido consumido por la humanidad desde hace milenios. 

Para que tengamos una idea del significado que tiene consumir estos prodigiosos vegetales marinos, aquí una recopilación de beneficios debidos a su concentración de nutrientes. 

1.- Cabello lustroso y abundante (minerales y aminoácidos). 

2.- Mente ágil (minerales, aminoácidos como Asparagina que energiza el cerebro y mejora nerviosismo, ansiedad y depresión).

3.- Piel saludable y reducción de la velocidad de envejecimiento (carotenoides, ficocoloides, minerales y aminoácidos). 

4.- Visión y humedad de ojos (antioxidantes, pro-vitamina A).

5.- Salud de encías (vitamina C y precursores del colágeno). 

6.- Dentadura fuerte (minerales–hasta 26 veces más Calcio que la leche).

7.- Tiroides funcional (Yodo orgánico). 

8.- Prevención de problemas respiratorios (propiedades antivirales). 

9.- Prevención de alergias e infecciones (compuestos anti-inflamatorios y moduladores inmunológicos). 10.- Fortalecimiento inmunológico (complejo poli-nutricional yodurado y ficocoloidesinmunotónicos). 

11.- Poderoso antioxidante. 

12.- Reducción del riesgo de cáncer (inhiben crecimiento anómalo hasta 95%). 

13.- Suprime crecimiento tumoral (combinación yodo orgánico y aminoácidos reduce quistes y fibromas mamarios).

14.- Incrementa energía disponible (propiedades desestresantes y defatigantes). 

15.- Fortalece regeneración celular (retarda envejecimiento por su diversidad fitoquímica).

16.- Reduce presión arterial elevada (riqueza en magnesio y potasio). 

17.- Un sistema cardiovascular más saludable flexible (ya que contienen sulfuros quelantes, ficocoloides y ácidos grasos que mejoran la circulación).

18.- Normalizan niveles de colesterol. 

19.- Apoyan estructura ósea fuerte y articulaciones flexibles (magnesio). 

20.- Masa corporal magra (ácidos grasos esenciales, fibra mucilaginosa, bajas calorías, y muchos minerales, fomentan un cuerpo bajo en grasa). 21.- Salud y regularidad digestiva (fibras solubles mucilaginosas). 

22.- Salud hepática (previenen depósitos grasos y sobrecarga tóxica). 

23.- Desintoxicación de metales pesados y otros contaminantes (minerales quelados, grupos sulfurosos y ficocoloides los atrapan y desactivan). 24.- Disipación de celulitis (liposolventes y liporrágicas). 

25.- Equilibrio de Ph (restablecen alcalinidad neutralizando ácidos metabólicos y sustratos patogénicos). 26.- Mayor funcionalidad renal (promueven balance electrolítico). 

27.- Prevención de problemas de próstata. 

Las Algas Marinas son la última frontera para recuperar la salud y nutrición perdidas porque los suelos se ha empobrecido (hoy se necesitan 26 manzanas para obtener el mismo hierro de una manzana de 1920); los alimentos industrializados son una tragicómica simulación de los originales; la dieta chatarra, la contaminación, y el estrés son agresores permanentes. 

La vida en el planeta solo es posible en el mar. Somos un recipiente donde viven células en el ambiente marino original, y su salud depende de mantener el océano interior limpio y rico en nutrientes. Las algas marinas son nuestra conexión con ese origen y consuirlas regularmente es nuestra cartilla natural de vacunación contra la enfermedad.

Referencias: “Por qué las algas son super saludables y nutritivas”. Healthline.com, 17 de agosto de 2021. https://bit.ly/3z9QwtC

Candidiasis: fermentación mental e intestinal

No todas las “ñáñaras” son mentales. Cuando usamos antibióticos multiplicamos las levaduras, que liberan toxinas y debilitan las defensas, y conducen a infecciones repetitivas. Pero como cada infección es tratada nuevamente con antibióticos, se vuelven a fortalecer instalando un círculo vicioso. 

Además, una alimentación rica en azúcares y carbohidratos refinados también las promueve. Y se generan problemas mentales porque las defensas, las hormonas y el cerebro están íntimamente relacionados. 

Depresión 

Millones sufren depresión y toman prozac y otros medicamentos controlados, que nunca deberían administrarse sin conocer la causa subyacente de la depresión. 

Como otros padecimientos crónicos, la depresión tiene diversas causas. La Candidiasis es de las primeras, en especial para mujeres. Entonces, si sufres depresión o alteraciones similares, puedes tener historial de: 

1.- Uso reiterado o prolongado de antibióticos

2.- Síntomas digestivos persistentes 

3.- Infecciones de: vagina, próstata, pie de atleta, hongos en uñas o genitales. 

Entonces cualquier tratamiento contra levaduras puede aliviar dramáticamente las depresiones. 

Trastorno Maniaco Depresivo (TMD) 

Recientemente muchas personas con TMD reportan respuesta positiva a la terapia anti-fúngica que llega a detener las crisis, aminorando y abreviando las depresiones hasta desaparecerlas en 3 meses. 

Autismo 

Desde los 80’s muchos padres de niños autistas reportaron que mejoraban con terapias anti-cándida y que esto se incrementaba con dietas sin azúcar. Casi siempre, los primeros síntomas de autismo surgieron durante el 2do y 3er año justo después de tratamientos repetitivos contra infecciones de amigdalitis, otitis y otras relacionadas. 

En 1994 un estudio con 8,700 padres de autistas encontró lo siguiente: 

De 31 medicamentos prescritos, el Ritalin fue el más recetado. Solo 26% reportó mejoría, y 46% empeoró con Ritalín. El antifúngico Nystatin produjo la mayor mejoría con 49% y solo 4% empeoró. 

Otras investigaciones encontraron elevados los metabolitos fúngicos y otros ácidos en la orina de niños con autismo y Síndrome de Déficit de Atención e Hiperactividad (SDAH). Después de tratamiento con medicamentos antifúngicos y dieta apropiada todos mejoraron. 

El Autismo, al igual que otras disfunciones devastadoras, en muchos niños están relacionadas con las levaduras. 

SDAH 

Casi todos los niños con el síndrome de Déficit de Atención e Hiperactividad tienen historial de tratamientos con antibióticos como Amoxilina y otros de amplio espectro. Un estudio demostró que 69% de niños con problemas escolares medicados para SDAH tenían un historial de más de 10 tratamientos. 

Los antibióticos barren las bacterias digestivas amigables convirtiendo a la Candida albicans, de flora benéfica, en organismo invasivo y tóxico que afecta sistemas nervioso, inmunológico, hormonal y diferentes órganos y tejidos. 

La dieta es otro factor. Muchos síntomas mentales son causados por intolerancias alimentarias que producen “alergias cerebrales”. 

Los más culpables son: leche de vaca y muchos lácteos, trigo y derivados, chocolate, huevo y maíz sin nixtamalizar. Además, endulzantes como azúcar de caña y jarabe de alta fructosa, son causa de hiperactividad. 

En un experimento, se trataron 182 niños con estos problemas, eliminando de su dieta durante 7 días los alimentos mencionados, más naranja, colorantes y conservadores. Cuando mejoraba su condición se introducían uno a la vez por un solo día y se anotaban sus reacciones. Después de 5 años: 

El 70% de los padres estuvieron seguros de que la hiperactividad de sus niños estaba relacionada con ciertos alimentos. Los mayores responsables de la hiperactividad en 136 niños fueron: Azúcar 77; Colorantes, aditivos y saborizantes 48; Lácteos 38; Maíz 30; Chocolate 28; Trigo 15. 

Esquizofrenia 

El Dr. Pfeiffer, pionero en tratamiento nutricional de problemas mentales, menciona que la candidiasis crónica es una de las causas menos conocida de esquizofrenia. 

En Resumen: 

La alimentación, la nutrición y la ecología digestiva, son factores fundamentales para el bienestar físico y mental, y también son las herramientas para recuperar la salud y el equilibrio.

Estudio sacude a refresqueras 

En lo que parece ser el estudio más controvertido desde la publicación del experimento de las ratas de Seralini el año pasado, en la Universidad de Utah encontraron que aun consumiendo cantidades pequeñas de azúcar se duplicó la tasa de mortandad de ratonas de laboratorio. 

Ratonas alimentadas con el equivalente de tres latas de soda por día, aumentaron en 100% su tasa de mortandad, y los ratones experimentaron una caída drástica de fertilidad e incapacidad para mantener su territorio (menos machos, pues). 

Los resultados muestran que el azúcar consumido, aun en concentraciones consideradas como seguras, impacta dramáticamente la salud de los mamíferos. 

Uno de los autores, James Ruff, explicó que aunque los ratones no mostraban síntomas observables de obesidad o diabetes, morían más, y se reproducían menos. 

El estudio fue diseñado para imitar el ambiente real entre ratones, forzándolos a competir por territorio y parejas. El estudio encontró que además el azúcar hace que los ratones sean más tontos que si sus padres fueran primos hermanos. 

Muchas personas consumen más azúcar que estos ratones. 

Con la dieta en este experimento los ratones recibieron el 25% de sus calorías diarias como azúcar refinada. Esto tiene implicaciones obvias, ya que una gran porción de la población consume un porcentaje muy superior al 25% de sus calorías en forma de azúcares refinados, como: 

Maltodextrina, Alta Fructosa, Sacarosa, Dextrosa, Fructosa. 

Y el abuso de estos azúcares es causa primaria de la epidemia de diabetes. 

Además de las fuentes obvias (sodas, caramelos, cereales, pastelillos, etcétera) están ocultos en comestibles como salsas, aderezos y hasta pan blanco. 

A pesar de hacer un esfuerzo consciente para evitarlos, es fácil ingerir grandes cantidades inadvertidamente todos los días. Y si este estudio es extrapolable a los humanos, consumir azúcares refinados nos hará morir prematuramente, volvernos infértiles y tener impedimentos cognitivos que reducen nuestra capacidad de supervivencia. 

Pero ¿por qué el azúcar refinado es tan nocivo para la salud? 

Porque es un “anti-alimento” desprovisto de nutrientes. Por lo anterior, quienes lo consumen tienen que aportar sus propias reservas de nutrientes para procesar el azúcar, ocasionando déficit nutricional. Al carecer de los minerales y nutrientes para mantener la salud, sus sistemas fallan y los médicos bautizan esas fallas como “Diabetes”, “Déficit de Atención”, “Cáncer”, etcétera. 

Siendo la causa real de la mayoría de enfermedades el agotamiento de la reserva de nutrientes, hay que evitar el consumo repetitivo de alimentos refinados. 

Esos “alimentos patógenos” produjeron a la industria farmacéutica grandes utilidades por enfermedades degenerativas y cáncer. Y son: 

  • Azúcar blanca, Pan blanco, Sal refinada, Frituras, Carnes procesadas, Lácteos industrializados, Sodas y bebidas deportivas y energizantes, jugos falsos, nieves, repostería, y dulces. 

Si se le antojan, es porque se encuentra deficiente de minerales. Su cuerpo tiene inanición por minerales y pide seguir comiendo hasta obtener algunos. Pero como los alimentos ingeridos carecen de ellos y encima roban más, uno termina retacado de calorías que se acumulan, cuando lo que se requiere es nutrición que sacie el hambre fisiológica. Y esto proviene de alimentos densos en nutrientes y suplementos de amplio espectro. 

Algunos de los súper alimentos más recomendados son las algas marinas pardas y las microalgas como la espirulina. Pueden agregarse a los alimentos o consumirse en polvo con jugos frescos o en cápsulas. 

Mal de muchos…consuelo de mexicanos

El hígado graso: un mal silencioso

Un serio problema se cierne sobre los niños: La acumulación de grasa en el hígado que está afectando a 1 de cada 2 niños. 

Casi la mitad de niños obesos tienen el hígado graso. En principio es una enfermedad benigna, pero sí evoluciona puede convertirse en cirrosis y seguidamente en cáncer. 

Esta tendencia alcista es preocupante y está asociada al aumento de la obesidad infantil. Hay que recordar que el hígado es la mayor fábrica de nuestro cuerpo y se altera por los malos hábitos alimentarios. 

Además de la obesidad, la vida sedentaria y la dieta deficiente propician hígado graso, lo que aumenta el riesgo cardiaco de los niños ya que se asocia a factores de riesgo más graves como niveles elevados de colesterol, glucosa e insulina y presión arterial. 

Las dietas altas en carbohidratos refinados pueden causar el hígado graso, que a su vez puede producir insuficiencia hepática y muerte y esto puede evitarse a través de cambios en la dieta. 

Algunos de los ejemplos de alimentos de alto índice glicémico (que aumentan rápidamente la glucosa) son: el pan blanco, el arroz blanco, los cereales de caja, el azúcar y el jarabe de alta fructosa. 

Alimentos de bajo índice glicémico son: las verduras, frutas, frijoles y granos sin procesar, que aumentan el nivel de azúcar en sangre más despacio. 

¿Sabía qué? 

  • El 80% de adultos obesos y el 50% de niños con sobrepeso, en especial las mujeres, tienen hígado graso. 
  • El 25% de pacientes con hígado graso terminan en cirrosis hepática en 10 años. 

Esta enfermedad se caracteriza por acumulación de grasas y triglicéridos en las células hepáticas y se asocia a la presencia de Síndrome Metabólico, obesidad, diabetes, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia, y es más frecuente en mujeres que en hombres. 

Al inicio es asintomático, pero cuando el mal es crónico se pierde peso, y se sufren debilidad y fatiga. El hígado deja de trabajar bien y permite la llegada al cerebro de gran cantidad de amonio, lo que ocasiona cambios neurológicos. 

Un simple ultrasonido es suficiente para detectarlo. 

Se ha visto que un cambio en la dieta junto con suplementos lipotrópicos e incluso con homeopatía, recuperan las funciones del hígado. 

Apapachos para el hígado: 

  • Evitar cambios bruscos de peso. 
  • Disminuir la ingesta de grasas (chorizo, tocino, carne roja y embutidos); – Evitar productos con azúcar refinada (galletas, chocolates y pasteles). 
  • Evitar el consumo de cualquier tipo de bebida con alcohol. 
  • Cenar 2 ó 3 horas antes de acostarse. 
  • Entre cada comida es recomendable dejar pasar un lapso de 4 horas, para que no se sobrecargue el trabajo del hígado. 
  • Consumir cereales integrales y alimentos naturales, como arroz, pastas, trigo, frutas y verduras, nueces y semillas, y pescado. 
  • Realizar ejercicio diario. 

Perla Miranda, “Crece cifra de mexicanos con hígado graso”. El Universal, 24 de mayo de 2017. https://bit.ly/3WipKZi

Olvídese de las calorías

Lo nuevo es “los obesógenos”

Las calorías ya no son el único causante de obesidad.

Apenas estabamos entendiendo eso de las calorías en tablitas nutrimentales y nos salen con el Índice Glicémico; y como que ya le entendíamos y ¡Zas! “quesqueora”, aunque reduzcamos calorías, engordaremos irremediablemente. 

Ya nos habían dicho que eso de las calorías era asegún se vistieran: si venían disfrazadas de azúcar o arroz blanco eran malandras. Si venían vestidas de brócoli o amaranto, pase asta sin avisar. 

En Francia se descubre que Danone metía probióticos de los usados para engordar “cochis”. Y ahora nos avisan que los agroquímicos en las cosechas también engordan, por lo cual ya ni las lechugas son de fiar. 

¡Háganme el refabróncabor! 

Esas sustancias Obesógenas están ocultas en todas partes, y programan a nuestros cuerpos a almacenar grasa a tal grado, que una fresca lechuga nos puede engordar más que una hamburguesa. 

Los obesógenos son “disruptores endócrinos”, o toxinas que simulan los efectos de las hormonas naturales y alteran sus respuestas normales. Así, estas “calorías químicas” pueden ocasionar más obesidad que las “calorías calóricas”.

¿Y cómo es que influyen tanto? 

Alteran la liberación normal de la hormona Leptina que avisa al cerebro que ya se llenó el tanque. También reprograman a las células para volverse células adiposas y que almacenen grasa. 

Y por si fuera poco, son inflamatorias, y producen estrés oxidativo que daña a la fuente de energía corporal, la mitocondria, lo que desata una cascada de efectos negativos. 

Los obesógenos son más nocivos durante el embarazo y el desarrollo del infante, al que dejan programado para criarse como si estuviera destinado al rastro. 

Lo importante: ¿de dónde vienen y cómo evitarlos? 

Carnes, aves y lácteos son las mayores fuentes. Se usan legalmente hasta 6 hormonas cuyos residuos quedan en los tejidos y leche. 

Hay estudios con gente que come carne regularmente que demuestra niveles más elevados de hormonas forasteras en su sangre y sus tejidos, y otros estudios que muestran la conexión entre las hormonas en los lácteos y la creciente obesidad, aunque sea “descremada” o “lait”. Y los peces cultivados tampoco se salvan. 

Pero los vegetales comerciales también nos alteran, porque se rocían con sustancias que actúan en nosotros como “simuladores estrogénicos” y como “disruptores tiroideos” ligados ambos con aumento de peso. 

Y si a eso le agregamos los BPA’s y otras sustancias de los plásticos que alteran el sistema glandular y aumentan el tamaño de las células adiposas (las que almacenan grasa) el problema es aún más gordo. 

Para rematar, el agua potable puede contener residuos de pesticidas y de medicamentos farmacéuticos que también alteran el sistema glandular. 

Las fragancias de artículos de aseo engrosan la lista, junto con las palomitas de microondas y los teflones (contienen ácido perfluoro-octanoico, obesógeno que promueve el crecimiento de tumores, particularmente en las mujeres. 

Así pues, los obesógenos están por doquiera -el 93% de los norteamericanos contienen BPA en sus cuerpos- y la pregunta es ¿Y a los mexicanos quien nos cuida?