Fatiga adrenal

Estrés y fatiga adrenal

El estrés se ha convertido en el principal ingrediente de nuestras vidas y ya hasta se nos hace “normal” estar estresados..

Hay varios tipos de estrés: el que podemos manejar y el que se sale de control.

Con las múltiples presiones de la vida moderna hacemos que el estrés se salga de control haciendo que nuestras glándulas adrenales (ubicadas sobre los riñones) trabajen de más, hasta que es tanta la demanda de cortisol, provocan fatiga crónica producida por agotamiento adrenal.

Estas glándulas, además de manejar el estrés controlan en sangre los niveles de:

– Glucosa

– Proteína

– Ácidos Grasos Esenciales

– Evitan Alergias

– Fortalecen el Sistema Inmune

– Controlan la Inflamación

– Brindan Sensación de Bienestar.

Tanto los niveles altos, como los bajos de cortisol en sangre, provocan desbalances hormonales, principalmente en la tiroides y en la testosterona; además, cuando es  mucho el estrés, se necesita más progesterona para producir más cortisol, lo que resulta en un desbalance entre estrógeno y progesterona, lo cual provoca cambios de humor, de energía, de masa muscular…entre otras.

Síntomas de cortisol elevado:

Pérdida de masa muscular y ósea, incremento en la grasa abdominal, azúcar en sangre elevado, antojo compulsivo de alimentos ricos en azúcar, resistencia a la insulina, presión arterial elevada, sistema inmune débil, baja memoria, mal sueño y cambios bruscos de humor.

¿Cómo ayudar a nuestras glándulas adrenales?

• Haciendo ejercicios de relajación: yoga, caminar,…cualquier ejercicio en el que no tengamos que competir.

• No tomar bebidas con cafeína: café, refrescos ni bebidas energéticas.

• Tomar agua suficiente

• Comer más alimentos orgánicos

• Tomar un multivitamínico anti-estrés: vitaminas del complejo B, especialmente vitamina B5 (ácido pantoténico) y vitamina C, o bien, un suplemento especial para apoyar a las glándulas adrenales.

• Dormir lo suficiente

• Practicar Meditación

• ¡¡¡Reír!!! ¡¡¡Bailar!!! ¡¡¡Cantar!!!

 

Aseándose con el enemigo

Millones de personas despertamos con la noticia de que nuestro aseo personal podría estarnos enfermando.

En un estudio de la Universidad de Reading se relacionaron químicos como los parabenos con riesgo de cáncer mamario, después de descubrir rastros de parabenos (conservadores en los desodorantes que imitan a los estrógenos) en muestras de tumores de mama humanos.

Este descubrimiento llega sólo una semana después de que los científicos revelaron que los conteos de esperma de hombres han caído un tercio desde 1989. Se piensa que la exposición a químicos disruptores de hormonas -incluyendo a los parabenos- ha jugado un papel importante en ello.

El año pasado Greenpeace publicó un reporte revelando que los “químicos disruptores endocrinos” y otros que pueden dañar los órganos reproductores, que interfieren con el crecimiento y desarrollo y pueden dañar el sistema inmunológico, han sido encontrados en fetos. Al mismo tiempo, esta dio a conocer los resultados de pruebas independientes en muestras de productos como pijamas, juguetes y mamilas para bebés adonde se encontraron los mismos químicos peligrosos. Por ejemplo, las pijamas contenían falatos, que están prohibidos en los juguetes para la dentición porque pueden causar daños al hígado, los riñones y los testículos.

Aunque todavía se especula sobre la conexión entre el uso de químicos en el hogar y el aumento en los cánceres, particularmente en los hormonales, lo que no puede cuestionarse son los siguientes hechos: los porcentajes de cáncer mamario han aumentado en más de 50 por ciento en las tres décadas pasadas, mientras que los porcentajes de cáncer testicular y prostático casi se han duplicado.

Como consumidores, no tenemos opinión sobre si nos exponemos o no a estos químicos potencialmente peligrosos. Ahora están en las partículas de polvo y en los ríos, son parte de nuestro ambiente. Y es prácticamente imposible evitar comprar productos que los contengan. Los detergentes, los productos de limpieza y los juguetes, no tienen que enlistar todos sus ingredientes. Sólo los cosméticos deben hacerlo por ley, y las protecciones de confidencialidad les permiten dejar fuera algunos ingredientes.

Afortunadamente ya existen, al menos en el caso de los desodorantes axilares, alternativas naturales, que eliminan este riesgo de cáncer mamario.

Olvídese de las calorías

Lo nuevo es “los obesógenos”

Las calorías ya no son el único causante de obesidad.

Apenas estabamos entendiendo eso de las calorías en tablitas nutrimentales y nos salen con el Índice Glicémico; y como que ya le entendíamos y ¡Zas! “quesqueora”, aunque reduzcamos calorías, engordaremos irremediablemente. 

Ya nos habían dicho que eso de las calorías era asegún se vistieran: si venían disfrazadas de azúcar o arroz blanco eran malandras. Si venían vestidas de brócoli o amaranto, pase asta sin avisar. 

En Francia se descubre que Danone metía probióticos de los usados para engordar “cochis”. Y ahora nos avisan que los agroquímicos en las cosechas también engordan, por lo cual ya ni las lechugas son de fiar. 

¡Háganme el refabróncabor! 

Esas sustancias Obesógenas están ocultas en todas partes, y programan a nuestros cuerpos a almacenar grasa a tal grado, que una fresca lechuga nos puede engordar más que una hamburguesa. 

Los obesógenos son “disruptores endócrinos”, o toxinas que simulan los efectos de las hormonas naturales y alteran sus respuestas normales. Así, estas “calorías químicas” pueden ocasionar más obesidad que las “calorías calóricas”.

¿Y cómo es que influyen tanto? 

Alteran la liberación normal de la hormona Leptina que avisa al cerebro que ya se llenó el tanque. También reprograman a las células para volverse células adiposas y que almacenen grasa. 

Y por si fuera poco, son inflamatorias, y producen estrés oxidativo que daña a la fuente de energía corporal, la mitocondria, lo que desata una cascada de efectos negativos. 

Los obesógenos son más nocivos durante el embarazo y el desarrollo del infante, al que dejan programado para criarse como si estuviera destinado al rastro. 

Lo importante: ¿de dónde vienen y cómo evitarlos? 

Carnes, aves y lácteos son las mayores fuentes. Se usan legalmente hasta 6 hormonas cuyos residuos quedan en los tejidos y leche. 

Hay estudios con gente que come carne regularmente que demuestra niveles más elevados de hormonas forasteras en su sangre y sus tejidos, y otros estudios que muestran la conexión entre las hormonas en los lácteos y la creciente obesidad, aunque sea “descremada” o “lait”. Y los peces cultivados tampoco se salvan. 

Pero los vegetales comerciales también nos alteran, porque se rocían con sustancias que actúan en nosotros como “simuladores estrogénicos” y como “disruptores tiroideos” ligados ambos con aumento de peso. 

Y si a eso le agregamos los BPA’s y otras sustancias de los plásticos que alteran el sistema glandular y aumentan el tamaño de las células adiposas (las que almacenan grasa) el problema es aún más gordo. 

Para rematar, el agua potable puede contener residuos de pesticidas y de medicamentos farmacéuticos que también alteran el sistema glandular. 

Las fragancias de artículos de aseo engrosan la lista, junto con las palomitas de microondas y los teflones (contienen ácido perfluoro-octanoico, obesógeno que promueve el crecimiento de tumores, particularmente en las mujeres. 

Así pues, los obesógenos están por doquiera -el 93% de los norteamericanos contienen BPA en sus cuerpos- y la pregunta es ¿Y a los mexicanos quien nos cuida? 

Yodo y la salud femenina

Fertilidad. La deficiencia más frecuente en mujeres con dificultad para embarazarse es la de yodo. Si bien todo el cuerpo lo necesita una de las mayores concentraciones se da en el útero y los ovarios. Esto ocasiona irregularidad menstrual, líbido disminuida, abortos espontáneos, anovulación, partos prematuros, y pre-eclampsia. Algunas mujeres experimentan un hipotiroidismo autoinmune: sus cuerpos producen células K que atacan sus propios tejidos, incluyendo su tiroides y al feto. 

Así es que no sólo es el cretinismo lo que debe preocuparnos de la deficiencia de yodo sino los embarazos interrumpidos por muerte del producto o que nazcan ya muertos. El yodo es esencial para la supervivencia del infante, ya que incluso disminuye la tasa de mortalidad de los neonatos. 

El hipotiroidismo es una causa común de infertilidad en mujeres y de espermas incompetentes en varones. Esto sucede aun y cuando sus T3 y T4 aparezcan normales en los análisis. 

Dismenorreas. Otro síntoma común del hipotiroidismo es la disfunción del ciclo femenino. En las niñas, la menarquía puede, o retrasarse o, llegar prematura, debido al hipotiroidismo. En el otro extremo, a la menopausia puede sucederle lo mismo. Durante la edad reproductiva, el ciclo menstrual puede alterarse de cualquier forma imaginable. La más común es la dismenorrea o sangrado irregular. Y es que el forro del útero (endometrio) como cualquier otro tejido corporal, requiere de hormonas tiroideas para su crecimiento y funcionamiento apropiados. 

Embarazo. El yodo es más importante durante el embarazo que cualquier otra cosa, ya que su deficiencia severa incrementa el riesgo de aborto espontáneo y parto mortinato. Si el bebé sobrevive el parto es factible que sufra un retardo mental irreversible, conocido como cretinismo. En niños con insuficiencia de yodo, se presentan incapacidad de aprendizaje y baja motivación. La leche materna 

contiene más yodo que cualquier “fórmula”, y los bebés prematuros, a menudo alimentados con esas fórmulas, tienen mayor riesgo de deficiencia. 

En los recién nacidos, la deficiencia de yodo causa cretinismo (hipotiroidismo neonatal) caracterizado por ictericia, bajo apetito, estreñimiento, llanto áspero, hernia umbilical (ombligo saltón), y desarrollo óseo retardado. Si no se diagnostica y trata durante los primeros meses, esta deficiencia desemboca en retraso mental. La deficiencia de yodo que comienza en la niñez (hipotiroidismo juvenil) retarda el crecimiento, resultando con extremidades cortas y desarrollo tardío de la dentición. 

Adicionalmente, la presencia del yodo previene la acumulación de metales pesados que pueden cruzar la placenta protegiendo al feto de la toxicidad. 

Glándulas mamarias. Las algas marinas, siendo una fuente óptima de yodo, potasio, hierro, calcio, magnesio y fibra, son además reconocidas por su actividad antinflamatoria, antioxidante, anticoagulante y antibiótica. Son fuente considerable de carotenoides, antioxidantes, inmuno moduladores, vitaminas, y, sobre todo, de minerales orgánicos. 

Una de las principales preocupaciones mundiales sobre salud femenina es el cáncer de mama. 

Numerosos estudios dan evidencia de que el consumo regular de algas marinas reduce el riesgo de cáncer mamario: 

  • Alteran favorablemente el metabolismo estrogénico. 
  • Inhiben la proliferación de células cancerosas. 
  • Facilitan la conversión intestinal de fitoestrógenos. 
  • Contienen los omega-3 EPA, DHA y ácido estearidónico. 
  • Inducen la apoptosis de células tumorales. 
  • Fortalecen la respuesta inmunitaria, sobre todo por su contenido de yodo.

Alarcón Diane, Paloma Martínez Serrano y Gema del Pliego Pilo. “Importancia del yodo en la gestación”. Agosto 2006. Elsevier.es https://bit.ly/3WluWv1

“Yodo”. National Institute of Health. Julio 2022 https://bit.ly/3YnWbal

“Porque la falta de yodo puede causar daños serios a tu salud”. BBC Mundo. Febrero 2018 https://bbc.in/3WlSXlE

La heroína del síndrome premenstrual 

Millones de mujeres alrededor del mundo pueden estar agradecidas con la Dra. Katharina Dalton quien falleció en 2004 y fue quien descubrió el síndrome premenstrual hace más de 55 años, explicando detalladamente los síntomas que mensualmente afectan a tantas mujeres. 

La especialista empezó a interesarse en el tema cuando estaba embarazada, ya que notó que las migrañas que la afectaban desaparecieron durante esos nueve meses. 

Durante su primer mes como médico general Dalton tuvo que atender el caso de una asmática que presentaba severas dificultades para respirar. El esposo de la mujer le informó que el evento se repetía mensualmente. 

Intrigada, Dalton comenzó a tomar nota de aquellas pacientes femeninas que la visitaban regularmente cada mes. Pronto concluyó que el síndrome premenstrual y el postnatal eran causados por la falta de la hormona progesterona. 

Después de una serie de estudios decidió que estos casos se trataban con una dieta y una dosis elevada de progesterona. Las experiencias de sus pacientes sugirieron que la propuesta era efectiva. 

Traigo un síndrome premenstrual y no dudaré en usarlo

Dalton también realizó una investigación en la prisión de mujeres de Holloway. 

Allí descubrió que 49% de las prisioneras que entrevistó y que habían llegado recientemente habían sido sentenciadas por crímenes que cometieron durante los cuatro días previos a su período y durante los cuatro primeros días del mismo (este último ciclo se conoce como paramenstruum). 

El director de la asociación nacional del síndrome premenstrual (NAPS, por sus siglas en inglés) Chris Ryan, señaló que debido a su experticia, la presencia de Dalton era requerida en casos judiciales. 

“Su testimonio era solicitado con frecuencia para defender a mujeres que solicitaban una disminución en su responsabilidad como consecuencia del síndrome premenstrual”. 

“Ella fue testigo -prosiguió Ryan- en la defensa de Anna Reynolds, una mujer acusada de asesinato, y de Nicola Owen, una pirómana que atacaba en intervalos de cada 28 días. Ambas fueron absueltas”. 

Dalton también estudió la migraña y su relación con la dieta de la persona, los efectos de la progesterona en el feto, la pre-eclampsia y la depresión postnatal. 

Gracias a sus recomendaciones, ahora existen en el mercado cremas de progesterona, transdérmicas, que las mujeres de cualquier edad pueden utilizar para atender este desorden hormonal. Aunque los chinos ya lo habían resuelto hace más de 2 milenios con herbolaria, y la homeopatía lo trata exitosamente desde hace más de 200 años. 

Sin embargo, pese a la innovación que representaron sus investigaciones para la época, sus seguidores consideran que su legado en el mundo de la salud femenina ha pasado desapercibido por mucho tiempo. Loor a la Dra. Dalton que resolvió una de las ecuaciones existenciales más complejas y con tantas implicaciones sociales. 

Raymond Greene and Katharina Dalton. “The Premenstrual Syndrome”. 9 Mayo 1953. National Library of Medicine. https://bit.ly/3VoiPNe

Bianca E. Zietal.  “The Premenstrual Syndrome”.The Embryo Project Encyclopedia. 23 de junio de 2017. https://bit.ly/3HX6k83