Latas de refresco

En México se beben anualmente 165 litros de refresco por persona –consumo superior al de los EUA-, y el 70% de adultos tiene sobrepeso. Parece no haber impuesto ni campaña que reduzca su consumo.

Un estudio de la Sociedad Americana de la Nutrición develó que las bebidas hiper-calóricas fueron la principal fuente de energía de niños y adultos mexicanos entre 1999 y 2012.

Estas costumbres alimentarias, aunadas a la poca actividad física y el consumo de frituras y grasas procesadas, están relacionadas con enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en el mundo y en México -donde cada 10 horas, muere una persona por infarto agudo al miocardio.

Ojalá que estos hechos reportados por el Huffington Post, ayuden a cortar el cordón umbilical que une a los mexicanos con los “chescos”, especialmente con los de cola, cuya marca más vendida fue la favorita de los hogares nacionales.

He aquí las 5 razones para dejar esas bebidas:

1.- Acumulan grasa alrededor de los órganos.

Son las grasas más peligrosas porque son difíciles de detectar a simple vista: no se puede saber si se está en riesgo porque no se notan los cambios en el cuerpo.

Investigadores daneses realizaron un estudio de los efectos de un refresco no dietético pidiendo a los participantes elegir entre éste, leche con las mismas calorías, refresco de dieta, o agua, a tomar todos los días durante 6 meses.

La masa total de grasa fue la misma en todos los grupos de bebidas, pero los que escogieron refresco registraron un aumento drástico en grasas ocultas nocivas, como la del hígado y la esquelética.

2.- Cambiar a refresco de dieta no ayuda.

La lógica nos dice que el cambio de un refresco azucarado por uno sin azúcar podría ayudar a su salud. Calóricamente esto podría ser cierto, pero los refrescos de dieta traen sus propios peligros y efectos secundarios.

En un estudio, investigadores de la universidad de Texas Health Science Center, monitorearon a 475 adultos durante 10 años y encontraron que los que bebían refrescos de dieta aumentaron 70% la circunferencia de la cintura en comparación con quienes no beben ninguna soda.

3. Algunos contienen retardantes de fuego.

Europa y Japón ya prohibieron el aceite vegetal bromado tóxico de sus bebidas gaseosas, pero todavía rige en Norteamérica (sobre todo en los de sabor a cítricos). Fue creado para que los plásticos tarden en inflamarse, pero se ha usado para evitar que el aromatizante de las bebidas gaseosas se separe del resto de la bebida.

Ningún consumidor quiere una capa de sabor flotando en la superficie de la bebida pero es injusto para la salud por sus efectos secundarios. En 2014 Coca-Cola y Pepsico anunciaron que “ya estaban trabajando” para eliminar el BVO de sus productos, pero aún están en los Dr. Pepper, Seven Up, Squirt, Sun Drop, Sunkist Peach y en los de sabor a ponche de frutas.

4.- Están contaminando el agua.

Nuestros cuerpos no descomponen los endulzantes artificiales por lo que al orinarlos viajan a través de las tuberías hasta las plantas de tratamiento que no los retienen tampoco, lo que permite que fluyan a los ríos y lagos.

Investigadores suizos encontraron Acesulfame K, Sucralosa y Sacarina –usados en refrescos de dieta– en plantas de tratamiento, lagos y ríos de Suiza.

5.- Te envejecen más rápido.

Las personas gastan mucho dinero en productos anti-envejecimiento, multivitamínicos y en gimnasios, para mantenerse jóvenes y en forma, pero no dejan el hábito de las bebidas endulzadas que provocan:

  • Reducción de la densidad ósea
  • Erosión de los dientes
  • Problemas en los riñones

Los refrescos regulares y de dieta contienen ácido fosfórico para evitar el crecimiento de bacterias y moho y darle ese sabor que tanto le gusta. Pero es también lo que causa todos estos problemas de salud.

Un estudio de 2010 publicado en línea en la Revista Faseb Journal encontró que los altos niveles de fosfato causaban la muerte en ratones 5 semanas antes que a otros ratones con niveles normales de fosfato.

Sinembargo – Octubre 6 2014 – Salud y Bienestar, The Huffington Post
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