Los virus parecieran existir solo para crear caos y hacer sufrir a la humanidad. Se han cobrado incalculables vidas durante milenios, eliminando grandes sectores de la población, como los 200 millones que murieron de viruela en el siglo XX.

La actual pandemia es solo una de una larga serie de interminables ataques virales.

Si se pudiese desaparecerlos la mayoría aprovecharía la oportunidad, sobre todo ahora. Pero esto sería un error mortal, más que cualquier virus.

“Si todos los virus desaparecen repentinamente, el mundo sería un lugar maravilloso…tan solo un par de días…, y luego moriríamos todos”, dice Tony Goldberg, Epidemiólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison.

“Todas las tareas esenciales que hacen los virus en el mundo superan por lejos a las malas”.

 

Visión equilibrada

La gran mayoría de los virus no son patógenos para los humanos, y muchos son esenciales en el mantenimiento de los ecosistemas.

Otros mantienen la salud de organismos, desde hongos y plantas hasta insectos y humanos.
“Vivimos en un equilibrio perfecto”, y los virus son parte de ello, dice Susana López Charretón, viróloga de la UNAM.
“Estaríamos acabados sin los virus”. La mayoría no es consciente de que ellos mantienen gran parte de la vida en la Tierra, porque nos enfocamos en los que nos causan problemas”.

Casi todos los virólogos estudian únicamente patógenos; pero “un pequeño grupo de científicos intentan brindar una visión equilibrada del mundo de los virus, y mostrar que existen virus buenos”, dice Goldberg.

Se sabe a ciencia cierta que, sin virus, la vida en el planeta, tal y como la conocemos, dejaría de existir. Y además, es imposible aniquilarlos a todos.

 

¿Cuántos hay?

No se sabe cuántos existen. Miles han sido clasificados, pero puede haber millones. “Hemos descubierto solo una fracción porque no hemos buscado mucho”, dice Marilyn Roossinck, ecologista de virus de la Penn State University, en EE.UU.

“Es solo un prejuicio: la ciencia solo se interesa por los patógenos”.

Tampoco sabemos qué porcentaje de los virus son nocivos para los humanos. Pero “Estadísticamente estaría cerca de cero”, señala Curtis Suttle, virólogo ambiental de la Universidad British Columbia, en EE.UU.

 

Clave para los ecosistemas

Lo que sí sabemos es que los fagos —los virus que infectan bacterias— son muy importantes. Su nombre, del griego phagein, significa devorar. “Son los mayores depredadores del mundo bacteriano”, dice Goldberg.

“Regulan las poblaciones bacterianas en el océano, y en muchos ecosistemas del planeta”

Si los virus desaparecen, las poblaciones bacterianas crecerían de manera desproporcionada. Esto sería muy problemático en los océanos, donde más del 90% de toda la vida es microbiana y produce casi la mitad del oxígeno del planeta, apoyada por los virus.

Estos virus matan cada día a un 20% de los microbios oceánicos, y al 50% de todas las bacterias oceánicas. Así, los virus aseguran que el plancton productor de oxígeno tenga nutrientes para su fotosíntesis, que mantiene gran parte de la vida en la tierra.

“Si no hay muerte, no hay vida; y esta depende del reciclaje de materiales”, explica Suttle. Y “los virus son importantes para el reciclaje”.

 

Pocas especies

Investigadores que estudian plagas de insectos descubrieron que los virus son críticos para controlar la población de especies. Si una especie se crece en exceso, “aparece un virus y los elimina”, explica Roossinck.

Este proceso es común en otras especies, incluyendo la nuestra, como evidencian las pandemias.

“Cuando las poblaciones se tornan muy abundantes, los virus se replican muy rápido y reducen a la población, creando espacio para que puedan vivir el resto de las cosas”, señala Suttle.

Si los virus desaparecen, “se pierde rápidamente la biodiversidad en el planeta”, añade Suttle. “Pocas especies tomarían el control”.
Algunos organismos también dependen de virus para sobrevivir, o tener una ventaja en un mundo competitivo.

Roossinck y sus colegas descubrieron evidencia de esta teoría. Examinaron un hongo que coloniza un pasto en el Parque Yellowstone, en EE.UU. Este virus le permite al pasto tolerar las altas temperaturas del suelo. “Cuando los tres están allí —el virus, el hongo y la planta— puede crecer en suelos calientes”, dice Roossinck. “Ni el hongo ni el pasto solos lo hacen”.

Descubrieron que las plantas y el hongo pasan el virus de generación en generación.

 

Protectoras para los humanos

Algunas infecciones con virales benignas protegen a los humanos de algunos patógenos. El virus inofensivo GB-C de la Hepatitis G, pariente del dengue, induce el que las personas VIH-positivo retarden su progresión hacia el sida, y que la gente infectada con ébola sea menos propensa a morir.

Igualmente, el herpes hace que los ratones sean menos susceptibles a ciertas infecciones bacterianas, incluidas la peste bubónica y la listeria.

Si bien las infecciones con este virus “son consideradas patogénicas”, la data muestra que el herpes entra en una “relación simbiótica” con su anfitrión, otorgándole beneficios inmunológicos.

Sin virus, nosotros y otras especies seríamos mucho más proclives a padecer otras enfermedades.

 

Tratamientos con virus

Los virus son uno de los agentes terapéuticos más promisorios para ciertas enfermedades. La fagoterapia utiliza virus para atacar infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. También se estudian los virus oncolíticos, que infectan y destruyen células cancerosas, como un tratamiento menos tóxico y más eficiente.

“Todos los organismos que pueden ser infectados por virus pueden absorber genes virales y usarlos a su favor”, explica Goldberg.

“La inserción de nuevo adn en genomas es una modalidad evolutiva”. La desaparición de los virus perjudicaría la evolución en el planeta. Los elementos virales representan casi el 8% del genoma humano, y los mamíferos incluyen cerca de 100,000 restos de genes virales.

En 2018, por ejemplo, se hizo un descubrimiento fascinante. Un gen de origen viral, codifica una proteína que participa en la formación de la memoria a largo plazo, trasladando información entre células del sistema nervioso.

Pero el ejemplo más impactante es el de la evolución de la placenta de los mamíferos. La evidencia indica que somos vivíparos gracias a un código genético cooptado de antiguos retrovirus que nos infectaron hace más de 130 millones de años.

Como dijeron los autores del estudio del 2018 en la revista Plos Biology: “el embarazo humano sería muy diferente —o inexistente— si no fuera por eones de pandemias retrovirales que afectaron a nuestros ancestros”.

Cuanto más aprendamos de todos los virus, estaremos mejor equipados para utilizar algunos en nuestro beneficio y desarrollar defensas contra otros que podrían generar una próxima pandemia.

Aprender más sobre la diversidad viral nos ayudará a entender mejor cómo funciona nuestro planeta, los ecosistemas y nuestros cuerpos.

Como dice Suttle: “Necesitamos dedicar nuestros esfuerzos para tratar de entender qué hay allá afuera, para nuestro propio beneficio”.

Esta nota fue publicada originalmente en BBC Future: What if All Viruses Disappeared