Sodas y refrescos incrementan el riesgo de cáncer hasta 40% 

Al menos en EUA, ¼ de millón de varones son diagnosticados con cáncer de próstata cada año, y muchos sufren con tratamientos invasivos que cortan, irradian o envenenan las células tumorales en un esfuerzo por controlar la enfermedad. 

De manera similar a otros tipos de cáncer, el de próstata está íntimamente relacionado al estilo de vida y la alimentación ejercidos durante décadas. 

Investigaciones recientes por publicarse en la revista American Journal of Clinical Nutrition, se encontró que el consumo de carbohidratos refinados de alto índice glicémico y las bebidas azucaradas aumentan dramáticamente el riesgo de las formas más agresivas del cáncer prostático. 

Un estudio en la Universidad de Lund en Suiza, determinó que los varones que beben una soda al día están en mayor riesgo de desarrollar los carcinomas prostáticos más agresivos. La Dra. Isabel Drake, investigadora en jefe, comentó: “entre los varones que beben muchas sodas y otras bebidas azucaradas, observamos un aumento del cáncer de próstata de alrededor del 40%”. Esto es, de quienes consumen una lata diaria de 350ml (12oz), 4 de cada 10 desarrollan alguna forma agresiva del cáncer y requerirán tratamiento. 

Las bebidas azucaradas y los carbohidratos refinados elevan la secreción de insulina y aumentan el riesgo de cáncer. 

Los investigadores monitorearon a 8,000 varones con edades entre 45 y 73 años durante 15 años. Encontraron que aquellos que tenían una dieta cargada de carbohidratos refinados, incluyendo derivados del trigo, arroz blanco y pastas, aumentaban el riesgo de desarrollar formas benignas de cáncer prostático en 31% y que típicamente no requería tratamiento oncológico. Aquellos que consumían abundantes cereales azucarados en el desayuno, tenían un riesgo del 38% de desarrollar formas no agresivas del cáncer. 

Como una nota preocupante, los científicos encontraron que el riesgo no es aplicable a la enfermedad detectada tempranamente vía pruebas de sangre, sino a formas de cáncer que ya han progresado lo suficiente como para ocasionar síntomas. Esto es relevante porque los carcinomas de rápido crecimiento son más letales. 

Los autores creen que el azúcar dispara la secreción de la hormona insulina la que a su vez nutre a los tumores. 

En el pasado, muchos estudios han relacionado la ingesta de sodas a la osteoartritis, así como a un riesgo del 80% de derrame cerebral en mujeres. 

También el ácido fosfórico y el colorante caramelo presentes en muchas sodas han sido implicados con el desarrollo y progresión del cáncer. 

Así es que a los varones les conviene evitar todas las bebidas azucaradas, especialmente las sodas, y limitar su consumo de carbohidratos a los cereales enteros y a sus derivados integrales. 

Esto reducirá significativamente el riesgo de cáncer prostático al igual que la mayoría de enfermedades degenerativas. 

Candidiasis crónica…un mal común poco conocido

¿Sufres síntomas crónicos inexplicables como: cansancio, molestias intestinales, migrañas, dolores musculares, alergias?… ¿Los análisis no revelan nada?, ¿te han dicho que tus síntomas son por ansiedad, estrés o depresión? 

La buena noticia es que no estás poseído ni has sido abducido por los E.T’s. La mala es que, como muchos otros millones, sufras de candidiasis crónica. 

Esta enfermedad es un pandemia moderna; jamás hemos tenido tanta comida y estado tan desnutridos, y jamás hemos tomado tantos antibióticos, hormonas sintéticas (en fármacos y alimentos) y cortisona. Y estos factores disparan la candidiasis. 

Hay dos grupos de personas que la sufren: 

  1. Los pacientes diagnosticados con cándidas vaginales u orales y los que sufren inmuno-depresión, reciben quimioterapia o son diabéticos. Los tratamientos calman sus síntomas, pero los hacen intermitentes, tal vez de por vida. 
  1. Las personas no diagnosticadas (la mayoría). Con sintomatología muy extensa, confusa, cíclica y recurrente, pero las pruebas de laboratorio suelen ser normales. Pueden llevar una vida “normal”, pero siempre se sienten por debajo de sus posibilidades. Por falta de diagnóstico y ausencia de tratamiento, la candidiasis se hace crónica. 

¿Qué es la candidiasis? 

Es una infección causada por levaduras del género cándida. Las levaduras aparecen después de nacer y conviven con nosotros en piel y aparatos digestivo y genitourinario. Su función es absorber metales pesados, degradar carbohidratos mal digeridos, y ayudar a mantener el equilibrio intestinal y el pH.

Nuestra flora interna y nuestras defensas las mantienen controladas pero cuando se destruye la ecología intestinal se deprime la inmunidad, crecen sin control las levaduras, por factores como: 

Azúcar y carbohidratos refinados; Agua del grifo y dentríficos con fluor; Antibióticos, cortisona y hormonas sintéticas; Estrés contínuo; Disminución de secreciones digestivas y falta de nutrientes. 

Las cándidas producen 79 toxinas como el acetaldehído. Aquí sus efectos negativos y los síntomas más comunes: Deseo compulsivo por comer carbohidratos (dolor de músculos, sensación de resaca por las mañanas); Diarrea y/o estreñimiento (infecciones crónicas, ahogo); distensión abdominal (insomnio y alergias); dolores de cabeza (retención de líquidos y picor anal); fatiga (depresión y congestión nasal); indigestión (problemas de uñas y ardor estomacal); malestar general (mareo y afonía); molestias de ojos y oídos (dolor de articulaciones y molestias vaginales). 

Las enfermedades relacionadas con una candidiasis crónica son: 

Artritis reumatoide, lupus, asma, enfermedad de crohncolitis , depresión y ansiedad, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, hipotiroidismo, hipoglucemia, síndrome de intestino irritable, anemia, soriasis y eccema, sinusitis y esclerosis múltiple. 

Tratamiento de la candidiasis. La parte fundamental es a la alimentación. 

Muchas personas no han sido diagnosticadas y son tratadas como hipocondríacos, depresivos o ansiosos y llegan a tomar prozac o ansiolíticos en vez de seguir tratamiento para candidiasis 

Hay que eliminar: Azúcares y almidones (azúcar, miel, dextrosa, alta fructosa, miel karo, endulzantes artificiales, sodas, cereales azucarados, pan dulce, postres, helados, harina refinada, arroz blanco, etc.), frutas de fácil fermentación, jugos de fruta, lácteos, incluido yogur comercial, alcohol en general, papas, champiñones y setas, cacahuates y pistaches, productos fermentados. 

Se puede comer: Carnes magras, pescado y huevos, vegetales, algas marinas, legumbres, frutos secos y semillas, granos integrales, moderando el trigo, tostadas de centeno, galletas de arroz, limón y aguacate, leches vegetales sin endulzar, tofu y soya texturizada, aceite de oliva, arroz, uva y canola, 

jugos vegetales (excepto zanahoria y betabel), agua alcalina, infusiones y té verde, especias suaves. 

No malpasarse: respetar las comidas principales y picar algo a media mañana y media tarde. Incluir proteína en cada comida (pescado, huevo, legumbres, algas, derivados de soya, frutos secos crudos y semillas). 

Adicionalmente, incluir remedios y suplementos especializados de Medicina Nutricional, Herbolaria y Homeopatía.