trauma

La segunda causa mental y emocional de Cáncer – shock traumático

Las dos causas Psicoemocionales de Cáncer son:

1) Shock traumático por estrés agudo, y

2) Estrés crónico de largo aliento.

Los shocks traumáticos son totalmente inesperados, ocasionan una  reacción mental, cerebral y corporal, que puede disparar la formación de un Cáncer. con espiritualidad y sabiendo cómo prepararse para los shocks de la vida, uno puede, ya sea prevenir, o sanar, la causa emocional del Cáncer.

La primera causa de Cáncer, la psicoemocional, es el estrés crónico. este ocasiona que la hormona cortisol se desequilibre y debilite al sistema inmunológico, abriendo la puerta al crecimiento tumoral.

El segundo tipo de estrés cancerígeno, es el shock traumático emocional. Muchas formas de Cáncer pueden ligarse a un trauma emocional de 1 a 2 años previos, antes de su aparición.

Uno de los tratamientos cuerpo/mente más exitosos es la nueva medicina germánica, en la que se considera que estos shocks traumáticos causan una lesión en un área específica del cerebro (visible con un ctscan) que corresponde a un órgano, glándula o tejido específico del organismo.

De cierto modo, el trauma inesperado funde un fusible en el cerebro, lo que ocasiona una respuesta de estrés en un órgano o tejido asociado, y que conocemos como Cáncer. Cada tipo de cáncer está asociado con un área particular del cerebro que también se correlaciona a una  emoción o pensamiento específico, evidenciando la verdadera conexión de cerebro, mente, emoción y cuerpo.

Causas emocionales que pueden disparar un Cáncer

Cáncer de mama: Pérdida del cónyuge (por divorcio o deceso o ruptura) o pérdida de los hijos (por separación o deceso)

Cáncer de pulmón: Miedo a morir (incluyendo el de ser diagnosticado con cáncer).

Cáncer de próstata: Pérdida de territorio (se va el cónyuge o se pierde el empleo).

Cáncer de colon: Incapacidad de soltar un asunto del pasado.

Cáncer de estómago: Dificultad para aceptar una situación.

La primera forma de prevenir el Cáncer por shock emocional, es ver todo en la vida desde una perspectiva espiritual.

Una relación con algo que nos trascienda (dios, el principio único, la naturaleza verdadera…) nos empodera sin importar que nos suceda en la vida. Si una persona es divorciada inesperadamente por su cónyuge, deviene en un shock a su sistema, causándole dudas que le hacen cuestionar su valía; pero si tiene confianza en lo que cree, y encomienda a ello su futuro, se levantará más fácilmente del trauma. Crecerá más fuerte en su relación consigo mismo y en aquello en lo que se refugia espiritualmente. Y eso es mejor que quedarse atorados en el “pobrecita de mí”, “porqué yo”, porque esa estructura mental ocasiona más estrés y promoción de la enfermedad.

Las cosas no suceden nada más porque sí

Incluso pueden convertirse en un propósito para nuestro viaje por la vida. Las situaciones no suceden para que después volvamos al mismo lugar donde estábamos, sino para que uno crezca y sea mejor y más fuerte que antes.

La segunda forma proviene de estar preparado.

Una persona preparada contempla todas las posibilidades en su vida de manera en que siempre espera lo mejor, pero está preparada para lo peor. Si el médico diagnostica Cáncer terminal, más que simplemente aceptar esta situación como final, es mejor buscar la verdad que a uno lo libere.

Mucha gente ha sanado del cáncer con Naturopatía o Medicina Regenerativa cuando médicamente ya no había esperanza. Prevenir el trauma emocional cambia nuestra percepción del evento. Si uno ve la situación como un peso para crecer más fuerte, entonces se fortalecerá en cuerpo, mente, y espíritu.

1.Do stress-related psychosocial factors contribute to cancer incidence and survival? Chida Y, Hamer M, Wardle J, Steptoe A. Nat Clin Pract Oncol. 2008 Aug;5(8):466-75. Epub 2008 May 20.

2.Stress, depression, the immune system, and cancer. Reiche EM, Nunes SO, Morimoto HK. Lancet Oncol. 2004 Oct;5(10):617-25.

3.Summary of the New Medicine- Dr. RG Hamer. Amici di Dirk (August 1, 2000)

4.Spirituality and healing. Torosian MH, Biddle VR. Semin Oncol. 2005 Apr;32(2):232-6.

5.Healing and spirituality. Chirban, John T. Pastoral Psychology, Vol 40(4), Mar 1992, 235-244

Fatiga adrenal

Estrés y fatiga adrenal

El estrés se ha convertido en el principal ingrediente de nuestras vidas y ya hasta se nos hace “normal” estar estresados..

Hay varios tipos de estrés: el que podemos manejar y el que se sale de control.

Con las múltiples presiones de la vida moderna hacemos que el estrés se salga de control haciendo que nuestras glándulas adrenales (ubicadas sobre los riñones) trabajen de más, hasta que es tanta la demanda de cortisol, provocan fatiga crónica producida por agotamiento adrenal.

Estas glándulas, además de manejar el estrés controlan en sangre los niveles de:

– Glucosa

– Proteína

– Ácidos Grasos Esenciales

– Evitan Alergias

– Fortalecen el Sistema Inmune

– Controlan la Inflamación

– Brindan Sensación de Bienestar.

Tanto los niveles altos, como los bajos de cortisol en sangre, provocan desbalances hormonales, principalmente en la tiroides y en la testosterona; además, cuando es  mucho el estrés, se necesita más progesterona para producir más cortisol, lo que resulta en un desbalance entre estrógeno y progesterona, lo cual provoca cambios de humor, de energía, de masa muscular…entre otras.

Síntomas de cortisol elevado:

Pérdida de masa muscular y ósea, incremento en la grasa abdominal, azúcar en sangre elevado, antojo compulsivo de alimentos ricos en azúcar, resistencia a la insulina, presión arterial elevada, sistema inmune débil, baja memoria, mal sueño y cambios bruscos de humor.

¿Cómo ayudar a nuestras glándulas adrenales?

• Haciendo ejercicios de relajación: yoga, caminar,…cualquier ejercicio en el que no tengamos que competir.

• No tomar bebidas con cafeína: café, refrescos ni bebidas energéticas.

• Tomar agua suficiente

• Comer más alimentos orgánicos

• Tomar un multivitamínico anti-estrés: vitaminas del complejo B, especialmente vitamina B5 (ácido pantoténico) y vitamina C, o bien, un suplemento especial para apoyar a las glándulas adrenales.

• Dormir lo suficiente

• Practicar Meditación

• ¡¡¡Reír!!! ¡¡¡Bailar!!! ¡¡¡Cantar!!!

 

Estres y sistema inmune

Así ataca el estrés al sistema inmunológico

Los seres humanos del siglo XXI enfrentamos problemas continuos que tardan semanas en solucionarse. Todas las reacciones elegidas para afrontar peligros fugaces se acaban convirtiendo en tóxicas cuando la sensación de alarma no finaliza en unos minutos.

La tensión muscular necesaria para luchar físicamente con un enemigo se convierte en contracturas y dolores de espalda si mantenemos la rigidez durante meses.

La interrupción momentánea de la digestión (necesaria en un momento de alerta)se convierte en un problema cuando el estado de alarma se repite cien veces al día.

La recarga de pilas que nos permitiría enfrentarnos a un peligro se convierte en ansiedad –exceso de energía latente– al no usarla, porque los riesgos en el mundo moderno no se resuelven a golpes.

Esta es la razón por la que, cada vez más, surgen investigaciones que nos hablan de problemas psico-fisiológicos relacionados con el estrés. Son conflictos biológicos reales, como hipertensión, cefaleas, problemas gástricos, problemas musculares, y disminución de la función  renal, que se relacionan con este sobreesfuerzo continuo que nos demanda la vida actual.

La doctora Esther M. Sternberg, profesora de la Universidad de Arizona, es uno de esos científicos que estudian esta relación. En libros como The Balance Within: The Science Connecting Health and Emotions se recopilan experimentos que muestran la influencia de los sistemas neurológico y endocrino –los del estrés– sobre el sistema inmunológico.

El sistema inmunológico es un mecanismo de vigilancia, una inteligencia fluída que nos defiende de virus, bacterias y sustancias extrañas. Sus soldados –linfocitos y macrófagos– persiguen, cazan, aíslan y destruyen lo que pueda perjudicarnos.

Pero la actividad de estos agentes depende de su general: el cerebro. El Sistema Inmunológico intercambia información con el sistema neurológico y con el sistema endocrino. En situaciones de alerta, desviamos la energía a los músculos y al cerebro, y movilizamos el cuerpo para la acción. Y eso le resta combustible al sistema de combate de las enfermedades, lo que nos hace más vulnerables.

Sternberg recopila en sus libros, estudios que muestran que el sistema inmune se deprime al día siguiente de una discusión de pareja, y se enlentece en época de exámenes, hasta el punto en que los estudiantes tardan más en sanar sus heridas.

Su conclusión: “En realidad, el estrés no nos enferma, pero limita el funcionamiento inmunológico, y eso hace que estemos más indefensos ante invasores extraños”.

Mahammad Juber “Things That Suppress Your Immune System”, Web MD 26 de febrero de 2022. https://wb.md/3XTBUIr

Sternberg, Esther M “The balance within: the science connecting health and emotions”. Publicado en el año 2000. https://bit.ly/3ZOySqO