Con engaños publicitarios desplazan lactancia materna 

Ahora resulta que las madres mexicanas olvidaron para que son las chichis, y aunque algunos socarrones alegan que son para terminar de criarse, su función principal es la transferencia vital que garantiza el desarrollo integral del nuevo individuo, en lo físico, lo emocional, y en lo que debería hacernos únicos como especie: la inteligencia. 

Los mamíferos transmiten con su leche un mensaje codificado como un recordatorio bioquímico para que cada cachorro se convierta en un adulto exitoso de su propia especie, y que las vacas no tienen. 

La leche materna brinda al niño todo lo necesario que lo protege de diarreas, catarros, diabetes y obesidad. Pero la industria de las fórmulas “maternizadas” se hace millonaria con engaños (imaginar una banda continua con botes de fórmula circulando bajos los frondosos y maternales pechos de ubérrimas nodrizas). 

El cartel de las fórmulas desplazó la cultura de la lactancia en México, gracias a la difusión perversa de mitos y presiones hacia la futura madre, y a la falta de ética del personal que la auxilia. 

La lactancia es una cuestión cultural, política, económica, social y laboral que debería proteger la sociedad. Pero se ignora que el consumo de fórmulas es el principal detonan de de obesidad por su alto nivel de azúcares. 

Actualmente sólo 14.4% de mexicanas amamanta a sus hijos los primeros seis meses, pero la OMS recomienda “como mínimo” hasta dos años, situación que coloca a México con el índice más bajo de Latinoamérica.

Además de proteger contra infecciones y males crónicos-degenerativos, crea un vínculo afectivo madre-hijo que imprime en el infante un principio de autoridad moral y un sentido de pertenencia, que “vacunan” contra conductas antisociales. 

Sana Sana

Los bebés aprenden a comer sano desde antes de que nazcan. 

Desde antes que el niño pruebe su primer bocado, conoce los sabores a través del líquido amniótico en la matriz, y más tarde en la leche materna. 

Las mujeres pueden dar a sus hijos una probada de comida saludable desde antes de que nazcan, comiendo muchas verduras durante el embarazo, según hallazgos científicos. 

Una serie de estudios han demostrado que lo que una mujer consume durante el embarazo y la lactancia puede tener influencia decisiva en el tipo de comida que su bebé preferirá cuando sea destetado. 

La notoria dificultad de enseñar a niños muy pequeños a comer verduras en vez de alimentos dulces y grasosos se puede superar si las madres se dan cuenta de la importancia de que ellas mismas coman bien, señalan científicos. 

La buena noticia es que la investigación muestra que los bebés y su paladar pueden aprender desde muy temprano a comer alimentos saludables, incluso antes de su primer bocado, señaló Jule Mennella, bióloga del desarrollo del Centro Monell de Química de los Sentidos, en Filadelfia, EUA. 

El mensaje es: coman alimentos saludables que disfruten y cuando el bebé sea destetado, ya estará familiarizado con esos sabores, declaró la científica en la reunión de la asociación estadounidense para el avance de la ciencia, en Boston. 

Un estudio con 46 bebés de entre 6 meses y 1 año de edad descubrió que aquellos cuyas madres tomaron jugo de zanahoria con regularidad cuando estaban embarazadas, o en los primeros 3 meses de lactancia, comieron casi 2 veces más cereal sabor zanahoria que aquellos cuyas mamás no tomaban jugo. 

Fue la primera vez que los bebés probaron alimento sólido, y muestra la influencia que nuestras primeras exposiciones tienen sobre nosotros. La investigación muestra que los niños reciben información sensorial en la matriz y mediante la leche materna. 

Durante el destete 

Hasta los niños alimentados con biberón pueden aprender con rapidez a gustar de las verduras si se les expone al sabor durante el destete. Sea que un niño haya sido alimentado con leche materna o de fórmula, puede aprender desde que es destetado. Si se le expone desde el principio a las frutas y verduras con regularidad, pronto aceptará esos alimentos. 

El consejo es: coman una variedad de alimentos saludables que disfruten durante el embarazo y la lactancia, y una vez que sus bebés empiecen a comer alimentos sólidos denles repetidas oportunidades de probar esos alimentos, hasta que lleguen a gustar de su sabor. 

Los bebés están programados para gustar de los alimentos dulces y grasosos porque esos sabores se asocian a las altas calorías, en tanto muchos vegetales tienen un sabor amargo por las sustancias naturales que las plantas generan para evitar ser comidas.