Higado graso

¿Por qué los niños están desarrollando hígado graso?

Antes de 2006, no se sabía que los niños estaban desarrollando el hígado graso no alcohólico (NAFLD por sus siglas en inglés) e incluso que la fructosa se transmite por la leche materna.
  • Globalmente, el 25% de adultos tiene NAFLD pero hasta el 45% de los casos de hispanos están relacionados con una variante genética.
  • El riesgo de NAFLD se agrava por el exceso de fructosa, que está en las bebidas endulzadas y alimentos ultra procesados, por la deficiencia de colina, el sobrepeso y la obesidad, diabetes, y la  falta de ejercicio.
Esta enfermedad ocurre cuando el hígado tiene un exceso de grasa. Es normal que el hígado tenga grasa, pero se le denomina hígado graso cuando la contiene en más del 10% de su peso.Cuando el análisis de sangre muestra niveles elevados de enzimas hepáticas puede ser un indicio de nafld. es más común en adultos pero cada vez hay más casos pediátricos.El Dr. Rohit Kohli, Jefe De Gastroenterología, Hepatología Y Nutrición De La Universidad Del Sur De California Y Del Hospital Infantil De Los Ángeles (CHLA), comentó que “la enfermedad del hígado graso está afectando a los latinos como un tsunami silencioso que afecta especialmente a los niños”.La investigación demuestra que el 25% de personas en EEUU tiene hígado graso, pero en la comunidad latina es mucho mayor. En Dallas, Texas, se encontró que el 45% de los hispanos padecían hígado graso.Datos ClaveEl  NAFLD no está relacionado con el abuso de alcohol, y hay 2 tipos: hígado graso simple, con poco daño o inflamación, y esteatohepatitis no alcohólica (NASH por sus siglas en inglés), con inflamación y daño en las células hepáticas, y un mayor porcentaje de grasa en el hígado.La NASH puede causar fibrosis y provocar cirrosis o cáncer de hígado. no se ha podido señalar una sola causa de nafld, pero se sabe que ocurre con mayor frecuencia en personas con factores de riesgo específicos:
  • Diabetes tipo 2 o prediabetes
  • Trastornos metabólicos, incluido el síndrome metabólico
  • Altos niveles de grasas en la sangre (triglicéridos)
  • Obesidad
  • Edad 40 años en adelante, mayormente mujeres
  • Presión arterial elevada
  • Ser hispano
  • Exposición a ciertas toxinas
  • Infecciones, como la hepatitis C
  • Extirpación de la vesícula biliar
Por lo general es una enfermedad silenciosa, con pocos o ningún síntoma, y cuando aparecen, puede sentirse fatiga o molestias en la parte superior derecha del abdomen. La NASH produce daños celulares hepáticos, lo que aumenta el riesgo de progresión a fibrosis, cirrosis y cáncer.El azúcar transmitida por la leche materna predispone a la obesidadEste novedoso estudio, dirigido por Michael Goran, Ph. D., Director Del Programa De Diabetes Y Obesidad Del CHLA, descubrió que el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) de las bebidas endulzadas, se transmite por la leche materna, lo que predispone a los bebés al hígado graso y la obesidad.Se demostró que las bebidas con JMAF aumentaron la fructosa en la leche materna manteniéndola elevada hasta 5 horas después de ingerirlas, y la leche materna no contiene fructosa. Goran comentó:“La fructosa y los endulzantes artificiales son muy dañinos durante los períodos de crecimiento y desarrollo en los niños. cualquier cantidad de fructosa en la leche materna representa un riesgo”.El Dr. Robert Lustig, Profesor De La División De Endocrinología De La Universidad De California, pionero en la descodificación de metabolismo del azúcar, fue de los primeros en señalar que la fructosa es más dañina para el sistema metabólico que otros azúcares.La fructosa se descompone de la misma forma que el alcohol en el cuerpo, lo que daña el hígado y causa disfunción metabólica y mitocondrial. y este daño es muy similar al que produce el alcohol y otras toxinas. provoca disfunción metabólica grave, ya que se metaboliza fácilmente en grasa.Los investigadores descubrieron que exponer al bebé antes del nacimiento  aumenta su riesgo de obesidad, y con ello el de diabetes 2 y NAFLD.El exceso de fructosa provoca obesidad e hígado graso una meta-revisión en el mayo clinic proceedings confirmaron que no todas las calorías son iguales, un concepto erróneo que sigue enseñándose en las escuelas. La fuente de las calorías tiene un impacto en la salud y el control del peso. Los investigadores evaluaron la forma en la que las calorías afectaban la salud. La revista Time comentó los resultados del estudio, al decir:“Los azúcares añadidos son más dañinos. La fructosa se relacionó con un impacto negativo en los niveles de insulina y la intolerancia a la glucosa, factor para la prediabetes. Ello provoca que la grasa se almacene como grasa visceral en el abdomen, y promueve varios factores para la mala salud, como inflamación e hipertensión. ‘Hemos demostrado que el azúcar es la causa principal de la diabetes’, dice el autor del estudio, James J. Dinicolantonio, un científico cardiovascular en Saint Luke’s Heart Institute. ‘Una caloría de azúcar es mucho más dañina’”.Por desgracia, la fructosa se ha convertido en un ingrediente muy común en los alimentos procesados, y a pesar de que es obesógena y su consumo altera las grasas en sangre e hígado, no se ha restringido.¿Dónde obtienen los niños la alta fructosa?
  • Bebidas azucaradas (sodas y refrescos, jugos, polvos instantáneos)
  • Lácteos (bebidas de leche y de yogurt, yogurt presentación infantil)
  • Panes, galletas y pastelillos 
  • Confitería (chocolates, caramelos, bombones, chicles, pulpas, etc.)
Más formas de reforzar la salud de su hígado:
  • Mantener un peso saludable
  • Hacer ejercicio con regularidad — mejora la sensibilidad a la insulina, refuerza el metabolismo, y la salud mitocondrial, controla el peso y la presión arterial, tonifica los músculos, y mejora el equilibrio.
  • Limitar el uso de medicamentos — limitarlos a los estrictamente necesarios. Algunos aumentan el riesgo de NAFLD y otros problemas de salud. Mejor cambiar el estilo de vida para reducir la dependencia de los medicamentos.
  • Controlar la presión arterial alta — este problema aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, demencia y NAFLD.
  • Reducir la resistencia a la insulina — esto conduce a síndrome metabólico, prediabetes y diabetes tipo 2, todos ellos precursores de NAFLD.
 
  • Medline Plus, Fatty Liver Disease
  • Clinical Trials, Healthy Eating Through Reduction Of Excess Sugar. November, 2021 https://bit.ly/3K9s6Xt
  •  PBS, April 19, 2019 Why are so many latino children developing fatty liver disease?  https://to.pbs.org/2VTUQaE 
  • Cleveland Clinic January 29, 2019 Hepatology, 2004;Doi.Org/10.1002/Hep.20466
  •  Webmd, Fatty Liver Disease
  •  Harvard Health Publishing, January 10, 2019
  • Nutrients, 2017;9(2):146
  • Seminars In Perinatology, 1979;3(3):225
  • Food Navigator, March 8, 2017
  • Advances In Nutrition, 2013;4(2):226
  • Pediatrics, 2006;118(4):1388
  • Nature Genetics, 2008;40(12):1461
  • The American Journal Of Clinical Nutrition, 2010;92(6):1522
  • Molecular Endocrinology, 2012;26(10)
  • Mayo Clinic Proceedings, 2015;90(3):372
  • Time Magazine, January 29, 2015 Nutrients, 2017;9(4):405
  • Annals Of Nutrition And Metabolism,2012;61(3):254
  • Nutrition Reviews, 2009;67(11):615
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  • Faseb J. 2008;22(6):204
  • Veterinary Journal, 2008;176(1):10
  • Current Opinion In Clinical Nutrition And Metabolic Care, 2013;16(3):339
  • Chrismasterjohnphd.Com November 23, 2010
  • American Liver Foundation, Non-Alcoholic Fatty Liver Disease

 

Mal de muchos…consuelo de mexicanos

El hígado graso: un mal silencioso

Un serio problema se cierne sobre los niños: La acumulación de grasa en el hígado que está afectando a 1 de cada 2 niños. 

Casi la mitad de niños obesos tienen el hígado graso. En principio es una enfermedad benigna, pero sí evoluciona puede convertirse en cirrosis y seguidamente en cáncer. 

Esta tendencia alcista es preocupante y está asociada al aumento de la obesidad infantil. Hay que recordar que el hígado es la mayor fábrica de nuestro cuerpo y se altera por los malos hábitos alimentarios. 

Además de la obesidad, la vida sedentaria y la dieta deficiente propician hígado graso, lo que aumenta el riesgo cardiaco de los niños ya que se asocia a factores de riesgo más graves como niveles elevados de colesterol, glucosa e insulina y presión arterial. 

Las dietas altas en carbohidratos refinados pueden causar el hígado graso, que a su vez puede producir insuficiencia hepática y muerte y esto puede evitarse a través de cambios en la dieta. 

Algunos de los ejemplos de alimentos de alto índice glicémico (que aumentan rápidamente la glucosa) son: el pan blanco, el arroz blanco, los cereales de caja, el azúcar y el jarabe de alta fructosa. 

Alimentos de bajo índice glicémico son: las verduras, frutas, frijoles y granos sin procesar, que aumentan el nivel de azúcar en sangre más despacio. 

¿Sabía qué? 

  • El 80% de adultos obesos y el 50% de niños con sobrepeso, en especial las mujeres, tienen hígado graso. 
  • El 25% de pacientes con hígado graso terminan en cirrosis hepática en 10 años. 

Esta enfermedad se caracteriza por acumulación de grasas y triglicéridos en las células hepáticas y se asocia a la presencia de Síndrome Metabólico, obesidad, diabetes, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia, y es más frecuente en mujeres que en hombres. 

Al inicio es asintomático, pero cuando el mal es crónico se pierde peso, y se sufren debilidad y fatiga. El hígado deja de trabajar bien y permite la llegada al cerebro de gran cantidad de amonio, lo que ocasiona cambios neurológicos. 

Un simple ultrasonido es suficiente para detectarlo. 

Se ha visto que un cambio en la dieta junto con suplementos lipotrópicos e incluso con homeopatía, recuperan las funciones del hígado. 

Apapachos para el hígado: 

  • Evitar cambios bruscos de peso. 
  • Disminuir la ingesta de grasas (chorizo, tocino, carne roja y embutidos); – Evitar productos con azúcar refinada (galletas, chocolates y pasteles). 
  • Evitar el consumo de cualquier tipo de bebida con alcohol. 
  • Cenar 2 ó 3 horas antes de acostarse. 
  • Entre cada comida es recomendable dejar pasar un lapso de 4 horas, para que no se sobrecargue el trabajo del hígado. 
  • Consumir cereales integrales y alimentos naturales, como arroz, pastas, trigo, frutas y verduras, nueces y semillas, y pescado. 
  • Realizar ejercicio diario. 

Perla Miranda, “Crece cifra de mexicanos con hígado graso”. El Universal, 24 de mayo de 2017. https://bit.ly/3WipKZi